Los joyeros de Andalucía asumen pérdidas tras el apagón masivo en sus hornos
El sector cuantifica los daños tras la interrupción de la fusión de metales preciosos, clave en la elaboración de joyas

Un artesano trabaja en su puesto de joyería. | Alberto Ortega (Europa Press)
El reciente apagón que dejó a España prácticamente a oscuras durante horas ha tenido un impacto significativo en múltiples sectores económicos, pero en Andalucía ha golpeado con especial fuerza a una industria emblemática: las joyerías. Reconocida como una de las principales actividades económicas de provincias como Córdoba, esta industria ha visto interrumpido su complejo proceso de producción, dejando tras de sí cuantiosas pérdidas, especialmente en aquellas empresas que trabajan con sistemas eléctricos de fusión.
Dentro del tejido empresarial joyero, el apagón ha causado daños muy dispares, dependiendo de la naturaleza y estructura de cada compañía. Mientras que algunas no han registrado ningún tipo de daño, más allá del cierre de la jornada, las firmas que en el momento de la interrupción eléctrica tenían en funcionamiento hornos de fusión han sido especialmente perjudicadas, como han explicado a THE OBJECTIVE algunos comercios.
Estos hornos, fundamentales para el proceso de fundición de metales preciosos como el oro y la plata, funcionan con sistemas eléctricos sofisticados que permiten alcanzar temperaturas extremadamente altas de forma controlada. Al cesar abruptamente la corriente, el metal en fusión quedó inservible, solidificándose de manera inadecuada y comprometiendo no solo el material, sino también el trabajo previo de los operarios.
El Parque Joyero, una de las concentraciones más importantes de talleres y empresas del sector en Córdoba, también ha sentido el golpe. Al prolongarse la interrupción del suministro, muchos empresarios optaron por suspender de forma gradual la actividad laboral, cada uno según sus propias circunstancias. Esta desorganización, impuesta por la falta de certezas sobre la duración del apagón, obligó a paralizar líneas de trabajo completas y dejar a empleados sin tareas asignadas durante buena parte del día.
El impacto en el comercio local
Los dispositivos utilizados no solo permiten trabajar con precisión metales valiosos, sino que son el pilar fundamental de cualquier proceso que implique transformar materia prima en una pieza ornamental. Su funcionamiento se basa en una estructura con varios componentes críticos, desde el crisol interior, hecho de materiales resistentes a altas temperaturas, hasta el sistema de control de temperatura, que regula con exactitud el momento en que el metal alcanza su punto de fusión.
En el ámbito joyero, los hornos eléctricos son los más utilizados debido a su facilidad de manejo y eficiencia energética. Son capaces de generar calor de manera uniforme gracias a sistemas de inducción o resistencias eléctricas, lo cual es crucial para evitar imperfecciones o pérdidas de material. Sin embargo, esta dependencia total de la electricidad convierte a estos dispositivos en extremadamente vulnerables a apagones como el ocurrido, haciendo que una caída súbita del suministro no solo detenga la producción, sino que arruine el proceso en curso.
Además del daño material, con pérdidas de metales preciosos y componentes irreparables, el apagón ha causado un fuerte impacto organizativo. Muchas empresas joyeras, según han expresado a este medio, especialmente aquellas con líneas de producción continuas o tiempos de entrega comprometidos, se enfrentan ahora a un desajuste en sus calendarios y a un aumento de costes imprevisto. Según explican operarios del sector, en un contexto industrial en el que la precisión, la planificación y el cumplimiento de plazos son fundamentales, este tipo de interrupciones puede suponer mucho más que una mera pausa.
Golpe nacional
En el resto del país, otros sectores también sufrieron las consecuencias del apagón. Restaurantes, grandes superficies y pequeños comercios cerraron sus puertas al verse incapaces de operar sin luz ni medios electrónicos de pago. El transporte ferroviario, sobre todo en los núcleos urbanos como Madrid y Barcelona, se paralizó en parte, y los servicios de emergencia se vieron sobrecargados con miles de llamadas.
En Andalucía, la situación también resultó ser desconcertante. Durante horas, la vida cotidiana se alteró radicalmente: semáforos apagados, hospitales operando con generadores de emergencia, estaciones sin actividad ferroviaria, y ciudadanos desorientados entre la incertidumbre y la falta de información.
Córdoba, con su fuerte peso industrial en sectores como la joyería, vio cómo una jornada laboral quedaba prácticamente anulada por completo, sin que aún se puedan calcular con precisión las pérdidas económicas totales. A pesar de la respuesta por parte de Red Eléctrica, que logró restaurar casi todo el suministro antes del amanecer del día siguiente, los daños todavía siguen en recuento.